viernes, 15 de agosto de 2008

Una de vampiro…

Son las 11 de la noche y camino por las calles de esta enorme ciudad. Es una acera amplia que da hacia las escaleras de la torre B. Camino tranquilo, observando alrededor, pero sin concentrarme en nada. La calle esta despejada, uno que otro vehículo a intervalos acompasados, pocos transeúntes. Me siento en uno de los primeros escalones y enciendo mi primer cigarrillo de esta noche. Absorto en mis pensamientos he dejado de percibir el mundo. El vigilante en su ronda nocturna se me acerca cauteloso desde los escalones superiores. Me observa, pero debo contrastar con su imagen mental de un vagabundo o un borracho, simplemente me observa. Aunque me molesta la insistencia en su mirar, opto por no hacerle caso. Tengo sed, hace tiempo que llevo esta sed que me sobrepasa y no me deja pensar. Me siento ahogado y mis instintos me dicen lo que debo hacer, sin embargo, la apatía que me acompaña en estos últimos días hacen que soportarla sea llevadero. Alguien se acerca, en la distancia logro percibir la silueta lejana de una dama que acaba de cruzar la acera. Su taconeo, apenas perceptible, normalmente no me deja lugar a dudas, es un paso apurado, debe medir no más de un metro sesenta y cinco, es delgada y camina con ese hechizo mágico de las latinas en sus caderas. Me levanto y espero que el taconeo se haga audible, la espero sin emoción, ya esta próxima a aparecer frente a nosotros, el vigilante, que ya la escucha también la espera. La vemos pasar frente a nosotros, no voltea porque se sabe observada, es una regla tácita, no se deben mirar los ojos de los extraños, y mucho menos sola de noche, aunque sea un paraje iluminado. Dejo pasar algunos segundos y sin pensarlo demasiado empiezo a caminar en la misma dirección de la mujer que acaba de pasar. Puedo percibir la mueca pérfida del vigilante, con sus instintos mortales impregnados de predecible imaginación. Decido girar y observarlo directamente a los ojos, baja la mirada en parte descubierto y en parte intimidado.

Sigo el taconeo a una prudente distancia y se adivina el sinuoso andar en la oscuridad. Acelera el paso, acaba de sentir mi presencia o mi ausencia. Es la primera vez que me percibo descubierto. Ella se detiene, el pánico la desorienta. Desde donde estoy puedo oler su miedo, su corazón se acelera y su respiración se agita, exuda adrenalina y sus dilatadas pupilas buscan en las sombras. Se ha volteado, se sabe perseguida, su esfuerzo fútil me produce una sonrisa irónica. Decido adelantarme, ella solo siente una brisa fría. Aunque el frío proviene de su miedo, en lo profundo de la psiquis humana siempre se teme a lo que no se conoce, pero su instinto está en lo cierto. Ahora la veo venir, ha comenzado a caminar mucho más rápido, ya su paso no es tan rítmico, es un caminar nervioso que dista mucho del movimiento provocador instantes atrás.

La sed me impide ser paciente, decido aparecer frente a ella detrás del árbol que esta llegando a la esquina. Después de todo ya he jugado suficiente. Le salgo al encuentro y sus ojos se encuentran con los míos, casi puedo imaginar sus pensamientos mientras me acerco con movimiento certero a tomarla por el cabello. Es hermosa, pero no estoy contemplando su belleza. La arrincono contra el muro y después de un instante de resistencia parece comprender que es un esfuerzo inútil. Mis colmillos penetran la carne trémula de su largo cuello y solo logra emitir un pequeño gemido. Bebo hasta saciarme, bebo con pasión sin soltarla ni un instante mientras su corazón parece salir de su pecho. Lentamente su expresión se suaviza, sus ojos de animal asustado van quedando vidriosos y sin vida, su respiración se torna suave y relajada, y su pulso se debilita. Sigo bebiendo ya sin premura, mi sed ha sido saciada, solo la gula me guía en los instantes finales.

Suelto el cuerpo ahora sin vida que se desliza para caer pesadamente sobre el concreto. Algunas pertenencias han quedado sobre la acera. El celular repica con la canción de moda desde su bolso e impulsa mi curiosidad. Ahora sabrán que algo ocurrió, que ella no llegara a casa esta noche. Tomo el celular, solo para observar la pantalla brillar “mi niño llamando”. Lo suelto algo consternado, aunque han pasado muchos años, lo que queda de ser diurno en mí, a veces se deja salir. Me permito un instante de culpa, mucho menor del que sienten aquellos que han criado un animal desde pequeño para luego devorarlo en la cena. Solo hay una diferencia, los mortales deben tasajear y cocinar los cuerpos que consumen para eliminar sus expresiones. Me repito a mi mismo “son solo ganado”.

Enciendo un cigarrillo y camino despacio, un perro ladra a lo lejos. Siempre lo hacen, hasta que me les acerco lo suficiente. No sé cuanto dormitaré ni cuando volverá mi sed. Después de todo, tengo toda la eternidad.


Reinaldo Durán R.

jueves, 14 de agosto de 2008

Sobre el Islam.

Navegando por Internet me encontré con una noticia que traía adjunto un video sobre una ejecución por "honor", de una adolescente iraquí o siria. Reflexionando sobre este tipo de muertes que se dan en el mundo, así como también, costumbres atroces que se dan en África, tales como la "circuncisión" femenina, que no es más, que una amputación por motivos netamente machistas y absurdos, crímenes que desde la óptica occidental nos suenan tan distantes como improbables. Sin embargo, son crímenes. ¿Cómo es posible, que una generación que prácticamente esta en contacto con lo que ocurre en el planeta, guarde un espantoso silencio cómplice sobre estos temas? ¿Qué podemos hacer desde nuestro humilde rincón en el mundo para combatir estas atrocidades? Honestamente aún sigo buscando la respuesta.

Todas estas informaciones tenían como común denominador al Islam, como religión de sus practicantes, sin embargo, jamás he encontrado en el Corán referencias reales a estas costumbres. Además que son focalizadas regionalmente según las costumbres previas a la llegada de esta religión a los confines de la Tierra. Demás esta decir que no soy racista, ni anti árabe, ni antisemita. Mi preocupación viene dada por la apatía de entes internacionales ante estas costumbre ¿dónde esta la ONU? Quizás debemos comprender a grandes rasgos su situación histórica, estos pueblos marcan su calendario cuando mahoma se traslada de la meca a medina y utilizan un calendario lunar, éste año 2008 es el año 1430 según su calendario. Traigo lo siguiente a colación por una reflexión simple ¿qué hacia el mundo occidental hacia esos años? Estábamos en pleno oscurantismo, si mal no recuerdo, quemábamos hombres y mujeres por herejes, hacíamos guerras religiosas y así muchas otras costumbres que podrían tacharse de criminales, tales como las torturas para hacer que las supuestas brujas "confesaran". Entonces podríamos decir que estamos en una encrucijada histórica, la diferencia es que en esta "Edad Media" para estos pueblos, existe un poder destructivo para la humanidad sobre el que no hay precedentes en la historia conocida. Entonces qué debemos hacer como habitantes del mundo, dejarlos seguir su camino evolutivo propio y dejarlos en paz, no lo creo. Si bien mi comentario puede ser malinterpretado, les pido la mejor comprensión para mis palabras. Si todos los países quieren ser considerados como iguales, ante las leyes internacionales, ante los organismos internacionales, se deben sentar las bases para que esta equidad se base en principios morales, que puedan ser compartidos por las naciones del mundo. Estos pueblos, a veces, son minorías en sus propias culturas, el problema es cuando estos entes fanáticos toman el poder. El principio de autodeterminación de los pueblos es un asunto muy serio, qué pasa cuando esa auto determinación lleva a países enteros bajo dictaduras religiosas como la de los Talibanes en Afganistán, significa que todos los Afganos son terroristas o fanáticos religiosos, eso no es cierto, el que tiene las armas, en algún momento determinado, es el que impone la ley.

El silencio cómplice de los gobiernos del mundo, de las Naciones Unidas y de los medios de comunicación internacionales, producen la sensación de que son pequeñas excepciones, sin embargo, la humanidad debe estar alerta. ¿Qué podemos esperar de un ser que llegue al poder en algún país, que haya apedreado o lapidado a su hermanita menor por un asunto de honor? Esto es un asunto que en lo absoluto debe producirnos indiferencia.

Hoy en día, en que diversas manifestaciones de la cultura relacionada al Islam han llamado la atención sobre las tradiciones de estos pueblos, debemos estar atentos, ser constantes con su denuncia, porque un asunto es costumbre y otro muy diferente una violación a los derechos humanos, por cierto, suscritos por muchos de los países que aun contemplan este tipo de castigos para lo que se consideran crímenes. Quizás para estas culturas la mujer deba seguir cumpliendo un rol con diversas privaciones de libertad, o de lo contrario podría ser sometida a un escarnio público, o rechazada por su comunidad, incluso expulsada de su país, pero algo muy diferente es que deba ser asesinada frente a la mirada atónita de cientos de personas, incluso por sus propios familiares.

El Islam ha sido una fuente de Fe y sabiduría para millones de personas alrededor del mundo, dejemos la puerta abierta para que sean estos los lazos que guíen al mundo.

Reinaldo Durán R.